La inteligencia artificial (IA) lleva consigo los gérmenes de impactos importantes en muchos sectores de la sociedad en las próximas décadas. Algunos de estos efectos podrían ser positivos, otros menos.
Cuando ChatGPT fue lanzado, la profesión docente, orgullosa de su integridad y del alto estándar de sus normas éticas, temía que la IA pudiera ampliar las posibilidades de trampas por parte de los estudiantes. La cuestión sigue siendo relevante.
Algunos expertos en educación han presionado para que sus instituciones adopten nuevas políticas, abogando especialmente por el regreso de los exámenes presenciales. Otros pensaron que la IA era solo una moda, esperando que pasara su camino.
Por supuesto, la IA no va a desaparecer de nuestro horizonte. Como miembro del mundo educativo, me pregunté de qué lado mi profesión podría obtener valiosas lecciones sobre la adopción de esta tecnología. Uno de los modelos a seguir para desarrollar nuevos enfoques podría provenir del mundo del arte. Los artistas han estado explorando la convergencia entre tecnología y creatividad durante mucho tiempo.
El pintor David Hockney es uno de los artistas más famosos que ha adoptado la IA. En junio de 2023, expuso una obra generada por IA en la pirámide del festival de Glastonbury 2023. Titulada « I lived In Bohemia, Bohemia Is A Tolerant Place« , la obra se desarrolló en forma de un video de un minuto.
Si bien esta fue solo su primera obra generada por IA, Hockney ha estado utilizando diversas tecnologías analógicas y digitales durante muchos años. Ha utilizado la fotocopiadora Xerox, la Paintbox de Quantel y una estación de trabajo gráfico por computadora. Estas tecnologías han contribuido a abrir el potencial sensorial y creativo de su visión. Su reciente instalación artística inmersiva en Londres, « David Hockney: Más grande y más cercano« , confirma su reputación como innovador.
Nuevas experiencias artísticas con IA
Hockney no es el único que ha incursionado en este terreno. Muchos artistas han encontrado formas creativas e innovadoras de utilizar la IA en su trabajo. Robbie Barrat es un artista contemporáneo que explora los cruces entre el arte y la inteligencia artificial. Es conocido por su trabajo en redes generativas adversarias, un modelo donde dos sistemas de aprendizaje automático compiten para producir mejores resultados. Estas redes se han utilizado para crear rostros artificiales realistas y lo han hecho tan bien que las personas a menudo no pueden distinguir entre un rostro generado por IA y uno real.
En un proyecto, Barrat entrenó una red generativa adversaria en un conjunto de datos de pinturas clásicas de desnudos. Incorporó sus propios bocetos y dibujos digitales en la red entrenada, generando interpretaciones únicas y surrealistas de la forma humana. Al escanear o digitalizar bocetos y presentarlos en el modelo de IA, permitió que el sistema produjera nuevas composiciones. Las obras de arte resultantes presentan una fusión de su estilo artístico y los modelos de IA aprendidos de las pinturas clásicas.
Otros artistas han integrado la IA en la realidad aumentada (RA) y la realidad virtual (RV) para crear experiencias inmersivas e interactivas.
Refik Anadol, por ejemplo, utiliza algoritmos para procesar e interpretar grandes cantidades de datos y convertirlos en obras de arte espectaculares. Incorpora estos visuales generados por IA en experiencias de realidad aumentada y realidad virtual para crear instalaciones hipnóticas e interactivas.
Una experiencia humana indispensable para aprovechar las tecnologías
Por supuesto, no todos los artistas están tan entusiasmados con esta tecnología. Muchos de ellos ven a los generadores de imágenes como DALL-E y Midjourney como una amenaza. Pero el hecho de que grandes artistas como Hockney y Anadol hayan utilizado la IA para enfrentar nuevos desafíos es una señal. Los maestros deberían preguntarse cómo pueden utilizar la IA en sus clases y evaluaciones.
La reticencia del sector educativo a adoptar la IA puede entenderse en la medida en que está rodeada de mitos e ideas erróneas. Por lo tanto, es necesario desmentir algunas de estas creencias.
El primer mito es que la IA perjudicaría las experiencias de aprendizaje. Algunos educadores temen que si los estudiantes confían en la IA, sus habilidades de pensamiento y resolución de problemas se vean comprometidas, así como su capacidad para asimilar información de manera autónoma. Sin embargo, la clave para una integración exitosa de la IA en la educación es ayudar a los estudiantes a comprender que las herramientas inteligentes no reemplazan la experiencia humana y que solo son herramientas para mejorarla.
El segundo mito es que la IA « aislaría » a los estudiantes. Si bien la IA puede proporcionar retroalimentación y apoyo personalizados, no puede reemplazar la interacción humana con un maestro ni el aprendizaje social y emocional que la acompaña.
Algunos académicos temen que una dependencia excesiva de la IA lleve a una sensación de desconexión entre los estudiantes y sus tutores. De hecho, los maestros pueden utilizar sistemas de IA para ayudar a los estudiantes a aprender de manera colaborativa y a resolver problemas de forma colectiva.
El tercer mito es que la IA sofocaría la creatividad. Sin embargo, su introducción como tecnología puede apoyar y fortalecer la creatividad en las formaciones. Por ejemplo, las herramientas de IA generativa pueden utilizarse para promover el pensamiento divergente, cuestionar los prejuicios, ayudar a evaluar ideas, fomentar el refinamiento del pensamiento y facilitar la colaboración.
Habilidades para el mundo laboral del futuro
La cuarta y última idea equivocada es que la IA alentaría a los estudiantes a hacer trampa en los exámenes. Pero esta forma de ver las cosas solo captura una pequeña parte de la historia. Al integrar eficazmente la inteligencia artificial en las evaluaciones, podemos ayudar a los estudiantes a dominarla, brindándoles las habilidades que necesitarán en la vida.
Deberíamos diseñar evaluaciones que fomenten la aplicación del conocimiento, las habilidades y la comprensión en contextos reales.
La IA puede ser utilizada como una herramienta de colaboración, una fuente de inspiración y una guía útil. Está estrechamente relacionada hoy en día con los desafíos educativos, ya que los estudiantes tendrán que ser capaces de colaborar con la IA en el mundo laboral del futuro.
Los artistas han hecho posible lo que antes era inimaginable. Hoy en día, los profesionales de la educación pueden hacer lo mismo, dando a los estudiantes los medios para convertirse en pensadores críticos capaces de resolver problemas con creatividad, listos para enfrentar un futuro donde la IA será común.
Lucy Gill-Simmen, Vicedecana de Educación y Experiencia Estudiantil, Universidad de Royal Holloway en Londres.
Este artículo es republicado desde The Conversation bajo licencia Creative Commons. Leer el artículo original.