Seguro que ya has observado que algunos alumnos participan activamente mientras que otros tienen dificultades para seguir el hilo de la clase. Sin retroalimentación inmediata, los errores persisten y el compromiso disminuye.
Además, los perfiles de los aprendices son demasiado variados para una enseñanza uniforme. Nos dicen que hay que diferenciar, pero ¿cómo hacerlo sin sacrificar tardes y fines de semana?
Gracias a lo digital y a la inteligencia artificial, es posible modular los recorridos con facilidad y proponer ejercicios adaptados. Cada alumno progresa a su ritmo, con el apoyo del grupo. La alternancia entre trabajo individual y actividades colectivas dinamiza la clase. Se trata de crear un entorno interactivo donde la atención y la participación estén constantemente estimuladas.
Aportación de lo digital
A lo largo de mis experimentaciones, respaldadas por los aportes de las neurociencias, he rediseñado mis clases de inglés para poner al alumno en el centro del aprendizaje y valorar el error como factor clave de progreso.
Trabajo en un instituto dentro del proyecto “Rentrée Numérique” (Bélgica), en el que cada alumno dispone de un ordenador que puede utilizar en clase cuando resulta pertinente.
En cada sesión, los alumnos reciben su plan de trabajo a través del entorno virtual (ENT). Este alterna actividades individuales, trabajo en pareja y actividades grupales, integrando a menudo una dimensión lúdica para que el aprendizaje sea más motivador. El plan es claro, detallado y diseñado para fomentar la autonomía.
Para reforzar la gramática y el vocabulario, organizo regularmente breves evaluaciones formativas: deben alcanzar al menos un 70% de éxito, con hasta tres intentos posibles. Al final de cada prueba, organizo inmediatamente una remediación animada por alumnos “expertos”, encargados de explicar la lógica en pequeños grupos.
Durante este tiempo, respondo a las preguntas de estos expertos y me aseguro de que todos los alumnos con dificultades comprendan bien los conceptos. Además, acompaño personalmente a los alumnos con dificultades en las pruebas de vocabulario mediante un diálogo pedagógico: exploramos juntos diferentes estrategias de estudio para identificar las que mejor se adaptan a ellos.
Mi aula está organizada en islas, cada una con una lista de tareas por realizar. Gracias a las herramientas digitales, puedo visualizar en tiempo real el progreso de cada grupo, lo cual representa un potente motor de motivación. Mientras trabajan, paso de isla en isla hablando en inglés con los alumnos, especialmente con aquellos que tienen más dificultades, para proporcionarles una retroalimentación inmediata, verdadero motor de su progreso.
La integración de la IA ha enriquecido aún más mi pedagogía: he desarrollado una página web con ejercicios de dificultad progresiva, que permite a cada alumno elegir las actividades que mejor se adapten a su nivel e identificar con precisión sus bloqueos. También he integrado el uso de un chatbot como asistente del profesor. Este chatbot proporciona, por ejemplo, una corrección instantánea de las producciones escritas, algo que antes me resultaba imposible ofrecer de inmediato.
Quiero compartir este dispositivo, fruto de muchos años de trabajo, porque ha demostrado ser eficaz y contribuye significativamente al compromiso y al éxito de mis alumnos.
Relación con el tema de la edición
Mi enfoque encaja perfectamente con la temática “Atención y participación en clase & digital”: organizo cada secuencia en etapas breves y precisas, que favorecen la concentración y evitan la sobrecarga cognitiva. Gracias al ENT, los alumnos visualizan claramente su hoja de ruta y saben exactamente dónde centrar su atención en cada etapa.
La alternancia controlada de actividades individuales y colaborativas dinamiza el compromiso: cada uno trabaja a su ritmo, y luego se reúne con los demás para compartir ideas y enriquecer la reflexión grupal.
Lo digital actúa como director de orquesta: centraliza instrucciones, recursos y evaluaciones, al tiempo que recoge en tiempo real datos valiosos sobre el progreso y los bloqueos de la clase.
Por último, la inteligencia artificial refuerza este enfoque al proporcionar retroalimentación instantánea, tanto oral como escrita, prolongando así la atención de los alumnos y permitiéndoles ajustar inmediatamente su aprendizaje.
Síntesis y aportes de la práctica en clase
Al comparar dos grupos de alumnos con el mismo nivel, aquellos que utilizan mi enfoque digital dominan las competencias lingüísticas más rápidamente y en mayor profundidad.
También he implementado este enfoque con adultos en formación continua, quienes a menudo no tienen tiempo para estudiar en casa: sus progresos han sido igualmente significativos e inmediatos.
Como confirman las neurociencias, estructurar la atención en secuencias cortas y proporcionar una retroalimentación inmediata constituye una palanca de aprendizaje sumamente poderosa.
Lamentablemente, estas prácticas aún son poco comunes, ya que sin herramientas digitales, ofrecer una retroalimentación inmediata y diferenciada es un verdadero desafío para el docente.
Mi enfoque demuestra que es posible superar estos obstáculos e integrar de manera eficaz la atención y la remediación diferenciada en el corazón de cada sesión. Ya he formado a muchos profesores de lenguas, y aquellos que lo implementan obtienen los mismos resultados.
Con motivo de la universidad de verano de Ludovia, 22ª edición, numerosos docentes y otros miembros de la comunidad educativa presentarán sus experiencias con lo digital en torno al tema de este año, “ATENCIÓN y PARTICIPACIÓN en clase & digital”. Ludomag les propone un anticipo de estos talleres hasta el inicio del evento, el lunes 25 de agosto.
Isabelle Fievet presentará el taller “¿Cómo mejoré el éxito de mis alumnos en inglés gracias a lo digital y a la IA?” en la SESIÓN DE APERTURA: SESIÓN INAUGURAL SOBRE LA TEMÁTICA DEL AÑO, el martes 26 de agosto por la mañana.
Encuentra todos los artículos sobre Ludovia#22 y todas las presentaciones de los talleres en nuestra página dedicada.
Más información: www.ludovia.es